Para iniciar mi Diario Reflexivo I, de mi periodo en
prácticas en el servicio de Urgencias, quisiera aclarar dos conceptos básicos
clave para diferenciar las dos situaciones que nos podemos encontrar en esta
unidad.
EMERGENCIA: Las situaciones que amenazan
potencialmente la vida (PCR, infarto de
miocardio, convulsiones, hemorragias, traumatismos graves, herida abdominal o
torácica, shock, envenenamiento, sobredosis, fiebre, partos de urgencias o
complicaciones en el parto).
URGENCIA: Son situaciones graves, pero no amenazan la
vida del paciente si el tratamiento se
retrasa brevemente ( fracturas, quemaduras leves, disminución de la
conciencia…)
Considero que para poder llevar a cabo un correcto manejo
de los pacientes críticos que ingresan por urgencias a las enfermeras se le ha
tenido que proporcionar una serie de conocimientos actualizados sobre los
aspectos más relevantes de la atención urgente y el manejo de estos pacientes
en los servicios de urgencias y
emergencias hospitalarias, atendiendo a las patologías urgentes más frecuentes;
y destacar que es principalmente mediante la práctica y el
desarrollo de su trabajo diario lo que facilita la consecución de habilidades y
el manejo de las técnicas empleadas, diagnósticas y terapéuticas, ante los
problemas y necesidades que plantean la demanda de atención urgente en los
hospitales, que requieren una respuesta enfermera ágil, eficaz y de calidad.
Considero que la actuación de Enfermería es
imprescindible y fundamental dentro de los Equipos de Emergencias, así como
para realizar una buena actuación integral del paciente. En este
equipo el planteamiento de actuación debería estar siempre dentro
de un trabajo multidisciplinar y en coordinación con sus distintos miembros.
No hay que olvidar que El proceso de Atención de
Enfermería es el esquema fundamental para nuestra actuación y de su desarrollo,
junto con el trabajo en equipo dependen la calidad
de nuestras actuaciones profesionales, así como el bienestar, el
restablecimiento de la salud y la mejora de la calidad de vida de nuestros
pacientes.
He querido desarrollar “teóricamente” lo que para mi
sería una buena actuación enfermera dentro del servicio de Urgencias, para que
así quede constancia y ver si cuando finalice mi periodo en este servicio, sigo
pensando lo mismo, o han variado mis objetivos con respecto a esto con la
práctica. Esto es lo que me suelen decir muchos enfermeros con los que trato,
“la teoría es muy bonita, pero luego la carga de trabajo a la que estamos
sometidos, y las condiciones en las que estamos queman mucho”. Se que aún no
soy enfermera, y que no he trabajado como tal, pero si se, que si algún día
tengo la suerte de poderme dedicar a ello profesionalmente, voy a luchar para
que no se me olviden mis objetivos y por mantener la ilusión en cada cosa que
hago, porque considero que es una profesión muy vocacional y que lo primero son
las personas y como llevo a la práctica cualquiera de los cuidados y técnicas
que les realice. Soy consciente de la situación que se está viviendo en estos momentos,
y que es muy delicada para cualquier profesional que está trabajando, y no digo
que no se luche por nuestros derechos, sólo digo que no hay que dejar que
influya en el trato con el paciente o en como afrontas cualquier situación en
tu trabajo, ya que detrás de cada aguja, manguito de la tensión,
electrocardiograma, etc… hay una persona.
Durante estas primeras semanas de prácticas en urgencias,
me he dado cuenta, de que el personal de enfermería a priori no tiene fe en sus
capacidades y en sí mismos como profesionales eficaces, ya no se si es por el
descontento general que hay por la situación laboral que están viviendo o por
la carga de trabajo que tienen.
Te pongo un ejemplo….
En la primera semana de prácticas, nos encontramos con el
caso de un hombre que se presentó con dolo en el pecho. Cuando llegó, se le
tomaron las constantes, la enfermera habló con el para averiguar qué le había
llevado a urgencias, y este le dijo que, tenía un dolor torácico central que
irradiaba hacia el cuello y el brazo izquierdo. Llegó a decirle que caminando
al trabajo experimentó dolor en el pecho que remitió en reposo. Le realizamos
un ECG en el que aparentemente no había ninguna anomalía y el dolor que tenía
disminuyó.
El hombre era un fumador y tenía un poco de sobrepeso,
sin embargo, el factor más significativo de todo fue la ocupación estresante
que sostenía. Él era un juez.
Al salir del box con todos los datos del paciente, noté a
la enfermera preocupada. Acto seguido se lo contamos todo al médico (todos los
datos recogidos en la entrevista) y la respuesta del facultativo fue “¿y qué?” El
paciente tenía un ECG normal y el dolor que había disminuyó.
En ese momento la enfermera y yo comentamos que aunque
todo en principio estuviera bien, nos parecía raro que un hombre llegará con un
dolor en el pecho, a un servicio de urgencias el sólo y con la situación y
ritmo de vida que nos contó que llevaba. Creíamos que era motivo de
preocupación. Pero como el médico determinó que todo estaba bien, después de
eso ya no se cuestionó nada.
La tarde siguiente me vine a las prácticas y la enfermera
me comentó que este paciente había sufrido un paro cardíaco por la mañana como
consecuencia de un infarto agudo de miocardio inferior. Había experimentado una
forma de angina que en última instancia le provocó un infarto de miocardio.
Es un ejemplo conmovedor de la necesidad de mirar más
allá de los datos técnicos y la sintomatología del paciente. El paciente tenía
un ECG normal y estaba libre de dolor. Esto fue suficiente para que él sea
enviado de vuelta a casa.
Creo que el Diagnóstico de enfermería es una forma
valiosa de desarrollo del conocimiento, y nuestros "sentimientos
viscerales", y deben ser reconocidos como precursores significativos de
razonamiento diagnóstico.
El paciente debe ser tratado como una persona completa y
no sólo como un "dolor de pecho". Los pacientes deben ser
considerados dentro del contexto general de su vida, el papel en la sociedad,
la profesión, la historia, género, estilo de vida, etc. Las enfermeras deben
defender a todos los pacientes en el contexto de su individualismo y afirmar su
derecho a la igualdad en el cuidado de la salud. Esta es una parte importante
de mi reto de profesionalismo.
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